La reflexología o terapia zonal como también se conoce es un tratamiento que consiste en estimular determinados puntos en las manos, pies, orejas y nariz. A estos órganos del cuerpo se les da el nombre de zonas de reflejo.
La terapia zonal mantiene que los masajes en estos órganos proporcionan un efecto beneficioso a otros órganos ubicados en diferentes partes del cuerpo. Esta es una terapia no invasiva por lo que es recomendada para todas las edades, aunque se recomienda consultar con un médico.
Los pies y las manos cuentan con una cantidad indeterminada de terminaciones nerviosas, que no son más que neuronas. Las cuales están en contacto directo con el Sistema Nervioso Central y por esta razón se emplea para tratar diferentes afecciones.
Es por ello que estas dos zonas son las ideales para aplicar la terapia zonal y con lo que se obtienen excelentes resultados. La reflexología consiste en realizar estiramientos, manipular y aplicar presión en estas zonas para obtener un efecto determinado en un área del cuerpo, devolviéndole su equilibrio.
En el masaje la presión es aplicada a las zonas con terminaciones nerviosas, las cuales emiten una señal que va al sistema nervioso periférico. Esta señal después pasa al sistema nervioso central para ser procesadas en el cerebro y es enviada a órganos determinados para que la tensión que están sufriendo se relaje.
El objetivo de la reflexología es aliviar las molestias o inflamaciones en el organismo y generar un efecto relajante. Pero es importante tener presente que esta terapia zonal no es un tratamiento médico y tampoco lo sustituye, si puede complementarlo.
Esto debido a que puede ayudar a restituir el equilibrio psicofísico el cual es muy importante para el bienestar.
La terapia zonal estimula las zonas de reflejo o los puntos de presión que están conectados a los diferentes órganos y estructuras internas corporales. Es por ello que esta técnica terapéutica proporciona beneficios físicos y beneficios psicológicos.
Los principales beneficios que aporta la reflexología son:
La aplicación de la reflexología disminuye el estrés y ayuda a estabilizar los desequilibrios del sistema nervioso, como la ansiedad y el insomnio. Esta terapia zonal ayuda a disminuir las tensiones emocionales acumuladas y la ansiedad psicosomática. Lo que lleva a la persona a un nivel de relajación máximo.
La reflexología trata todo el sistema nervioso a través de los puntos de presión, por lo que influye de forma directa en las funciones linfáticas más importantes.
La terapia zonal mejora el metabolismo y contribuye con la eliminación de toxinas. Debido a que ayuda a liberar las sustancias que representan una amenaza para el organismo, es considerado un excelente método de depuración.
La reflexología contribuye a aliviar el dolor de una zona determinada y evita que vuelva a aparecer. Por ello esta terapia zonal es recomendada para las aquellas personas que sufren de cefalea, migraña o jaquecas.
Esta técnica terapéutica ayuda con los trastornos cardíacos, respiratorios, circulatorios, digestivos, urinarios, hormonales, entre otros.